Tener una cuenta de banco es muy beneficioso. Para empezar, hará que dejes de preocuparte por buscarle un lugar en casa o en tu cartera a tu dinero y tus ahorros en efectivo.
Además, no te darás dolores de cabeza en intentar pagar servicios en línea y puedes recibir tu nomina o tus ingresos directo en tu cuenta de banco en vez de retirarlos a la antigua, gastando tiempo y energía.
En México, puedes solicitar una cuenta de banco en cualquier entidad y abrirla con 3 sencillos pasos, que te explicaremos a continuación:
1. Lo primero que debes hacer es averiguar qué banco y qué tipo de cuenta te conviene:
Cada banco tiene sus propios tipos de cuentas con distintas comisiones, pero en México todas estas instituciones deben tener una opción de cuenta básica que no cobre comisiones por mantenimiento mensual o por apertura.
Puedes investigar cuál te conviene o elegir una que si tenga un costo mensual o de apertura, pero que este sea bajo.
Y para facilitarte un poco este trabajo, te hablaremos un poco sobre los tres tipos de cuentas más comunes:
- Cuentas de nomina: son especialmente diseñadas para que el empleador deposite tu salario y para que con ella puedas acceder a diferentes beneficios asociados según el banco en el que la tengas.
Aunque todos los bancos ofrecen distintas características, una de las más comunes es la simplicidad, tienen como objetivo facilitarte el acceso a tu salario en un espacio seguro y con un funcionamiento sencillo.
De hecho, esta es la cuenta más fácil de abrir, e incluso tu empleador puede hacerlo a tu nombre. Además, estas cuentas son cero comisiones: están libres de las comisiones por parte de otras cuentas como las de consultas de saldo y apertura.
Tampoco solicitan montos mínimos ni te exigen que mantengas un monto mínimo o un promedio mensual, y otorgan acceso a operaciones sencillas.
- Cuenta de ahorros: una cuenta de ahorros está pensada para que sea fácil de contratar y manejar. Por eso, es muy probable que te entreguen una tarjeta de débito para que puedas hacer retiros de efectivo en cajeros y pagar con ella en puntos de venta.
Se coronan como las más seguras para tus reservas, siendo ya de por sí una opción muy segura tener tu dinero en el banco.
Además, una cuenta de ahorros te ofrece la posibilidad de poder retirar la cantidad de dinero que quieras en cualquier momento, no piden un depósito mínimo inicial ni comisión de apertura, por lo que puedes abrirla y luego irle depositando dinero.
También te permite hacer depósitos ilimitados en línea, pagos y transferencias.
- Cuenta corriente o de cheques: es similar a la de ahorros porque sirve para depositar dinero, usar la tarjeta de debito, retirar fondos en cajeros automáticos y hacer transacciones online.
La diferencia es que esta te otorga además una chequera. Eso sí, entre las tres que te hemos presentado, las cuentas corrientes normalmente comportan un cargo mensual por concepto de servicio.
2. Recolecta los requisitos que solicita el banco para la apertura de una cuenta de banco.
Volviendo al proceso para solicitar tu cuenta de banco, una vez que hayas seleccionado el banco y la cuenta que quieres abrir, debes investigar con la sucursal qué requisitos solicitan para la apertura de la cuenta.
Puedes hacerlo comunicándote por llamada, dirigiéndote a sus oficinas o buscando la información en su página web.
Normalmente, para abrir una cuenta de banco, los bancos requieren un comprobante de domicilio y una identificación oficial como la licencia, la INE o cualquier documento oficial que tenga tu CURP e información personal.
El comprobante de domicilio debe ser reciente, con un máximo de tres meses de antigüedad, que tenga la dirección que aparece en tu ID oficial o que este a tu nombre el recibo.
Esto es para que puedan vincular la dirección con tu persona. Algunos bancos se conforman con recibos de luz o agua.
3. Solicita una cuenta de banco.
Cuando ya cuentes con todos los requisitos puedes abrir tu cuenta de banco en línea o en una sucursal de forma presencial.
Hasta hace pocos años, la forma más común de abrir una cuenta de banco era hacerlo en un banco tradicional. Para esto, los usuarios deben acudir a las sucursales para realizar el trámite personalmente.
Debes llevar contigo la documentación mencionada y todos los requisitos extra que solicite la entidad bancaria para que un asesor te permita abrir una cuenta de banco.
El problema es que con este método, tu estancia en el banco puede prolongarse mucho tiempo, dependiendo del flujo de personas que concurran en el momento.
Así que si deseas agilizar el proceso, puedes hacer el trámite en línea. Gracias a los avances tecnológicos, la comodidad y el uso masivo del Internet, los bancos digitales han ganado popularidad por brindar facilidad de uso y rapidez en sus servicios.
Entre estos, está la opción de utilizar tu teléfono, tablet o computadora para realizar tus trámites bancarios sin necesidad de ir a una sucursal, y uno de los trámites disponibles es solicitar una apertura de cuenta en línea.
Una vez más, el proceso dependerá del banco y la cuenta que hayas elegido, pero comúnmente solo tienes que:
- Descargar la aplicación o entrar al sitio web de dicho banco.
- Dentro de esta aplicación o sitio web buscar y seleccionar la opción de apertura de cuenta de banco.
- Proporcionar la información y documentos que te soliciten.
- Leer bien el contrato y, si estás de acuerdo, firmar aceptando los términos y condiciones.
Gracias a que no hay necesidad de trasladarte a una sucursal, este trámite resultará más rápido y eficiente, además en muchos casos los bancos digitales cobran una tasa de comisión menor a razón de administración y mantenimiento que los bancos tradicionales.
Al igual que posiblemente ofrezcan mejores tasas de interés, sobre todo si se trata de una cuenta de ahorros.
Eso sí, debes tener en cuenta que probablemente si abres la cuenta en línea tendrás un límite de depósitos de 20 mil pesos. Por lo que deberás analizar, según tus finanzas, si te conviene o no.
Te recomendamos que cuando vayas a abrir la cuenta verifiques todos los documentos para que estén correctos y sepas qué estas firmando, así evitas sorpresas y malos entendidos que puedan perjudicarte.